El ecosistema Buply organizó el recorrido “Plástico que va, vuelve”
Es una firma que recientemente recibió la certificación INTI-ECOPLAS por elaborar productos 100% con materiales recuperados
Por Julio García Elorrio
El ecosistema Buply - firma que recientemente recibió la certificación INTI-ECOPLAS por elaborar productos 100% con materiales recuperados - organizó el recorrido “Plástico que va, vuelve” - propuesta que permitió conocer como la articulación entre los distintos actores de la industria plástica logra que la gestión de este recurso se convierta en una economía circular que genera valor ambiental, social y económico -. También desde Buply señalaron que la marca busca cambiar el paradigma de que lo reciclado “es de menor calidad” o “no es estético” y que se puede lograr un producto funcional, estético, accesible y duradero, con el valor agregado de sus orígenes.
buenosairesinforma.com reproduce texto difundido sobre Buply:
"El cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación son desafíos que ya no admiten excusas. La preocupación aumenta, y la acción es más necesaria que nunca.
Frente a este panorama, surge una pregunta clave: ¿cómo pasar del discurso a la acción? Esto es lo que se preguntaron desde Buply, que recientemente recibió la certificación INTI-ECOPLAS por elaborar productos 100% con materiales recuperados.
Ese fue el espíritu del recorrido titulado “Plástico que va, vuelve” organizado por Buply, la marca de Buplasa –Empresa B con más de 40 años de trayectoria– que hoy resignifica el plástico y lo convierte en motor de cambio. Durante la experiencia, se pudo evidenciar cómo la articulación entre los distintos actores de la industria plástica logra que la gestión de este recurso se convierta en una economía circular que genera valor ambiental, social y económico.
El viaje comenzó en la Estación Buply en Unicenter, donde los vecinos acercan los plásticos limpios y secos que separan en sus casas. Allí, el material se recibe, se pesa y se clasifica según el tipo de plástico y sus características. Los materiales recolectados en las estaciones, ya clasificados, se transportan mediante una logística existente hacia plantas recicladoras para ser transformados en nuevos recursos.
Se distingue por brindar atención personalizada. Mediante una app, cada usuario puede llevar el registro de los kgs que ha recuperado y conocer el impacto ambiental generado por su reciclaje. Además, podrá disfrutar de interesantes notas sobre los procesos y temáticas relacionadas a la sustentabilidad, y acceder a increíbles beneficios como recompensa por la constancia. De esta manera, Buply educa, acompaña, involucra y recompensa el compromiso de cada persona.
A respecto, Laura Busneli, CEO de Buplasa S.A., comentó la importancia de integrar a la comunidad como parte del cambio, ya que son el destino final del 90% de la producción de plásticos, y quienes pueden devolverlo al ciclo: “Por ser un material económico y muy abundante, el plástico está desvalorizado, se utiliza como descartable, tenemos la idea de que lo podemos tirar cuando queremos. Quisimos dar una solución a los cuestionamientos que la comunidad tiene a la hora de reciclar, si no saben cómo hacerlo, en la estación encuentran personas preparadas para explicarles y brindar toda la información”.
La segunda parada para seguir contando esta historia fue en Ecopek, empresa del grupo Alpek que procesa más de 12.000 toneladas de PET reciclado cada año, a donde llegan las botellas recuperadas en Buply.
La visita también fue una oportunidad para conocer más a fondo la historia de Buplasa, una empresa familiar de la industria plástica que logró transformarse en un referente en el camino hacia la sustentabilidad.
Buplasa ha logrado obtener la Certificación como Empresa B y da vida a los productos Buply con impacto positivo: productos para el hogar fabricados con plástico 100% reciclado, y bioplásticos en el caso de los productos destinados a contener alimentos. Incluso, en una breve parada por un supermercado, pudimos ver cómo esos productos llegan a las góndolas. Allí, la comunicación cumple un rol clave: ayuda a que la comunidad comprenda el valor diferencial de estos productos y les da a los usuarios conscientes la posibilidad de elegir responsablemente. Lo más valioso es que este ciclo no termina en la góndola: al final de su vida útil, esos productos pueden regresar a las Estaciones Buply, cerrando así un ecosistema de economía circular.
En cuanto al diseño, la marca busca cambiar el paradigma de que lo reciclado “es de menor calidad” o “no es estético”. La línea demuestra que se puede lograr un producto funcional, estético, accesible y duradero, con el valor agregado de sus orígenes.
El traslado entre cada punto de este recorrido estuvo a cargo de LLT Traslados, única Empresa B certificada y carbono neutral dentro de su rubro. Para lograr la certificación B, ha implementado un sistema de medición de emisiones y desarrolló proyectos para compensar su impacto ambiental, demostrando que incluso la logística puede ser pensada con criterios de sustentabilidad.
Lo que distingue a este recorrido es la unión de actores con una misma misión: comunidad, empresas y recicladores trabajando juntos para impulsar la economía circular.
A solo 2 años de iniciar este camino con las estaciones, Buply ya está marcando la diferencia. Con dos estaciones de recolección en funcionamiento, una en Buenos Aires y otra recientemente inaugurada en Neuquén, de la mano de Unilever y La Anónima, se ha logrado construir una comunidad de más de 3.700 usuarios en la app y recuperado junto a ellos más de 65 toneladas de plásticos.
La economía circular es responsabilidad de todos, porque somos parte del problema, debemos ser parte de la solución. Necesita redes, confianza y visión de largo plazo. Lo que mostró este recorrido es que la unión entre actores diversos –competidores incluidos– puede abrir la puerta a soluciones colectivas que, además de cuidar el planeta, son rentables y escalables.
“Como empresa transformadora de la industria plástica, tenemos la responsabilidad de liderar el cambio, adoptando nuevas lógicas que no solo respondan a la demanda del mercado, sino que también contribuyan a un futuro sostenible”, destacó Laura Busnelli.
El plástico que va, vuelve. Y con él, una nueva forma de entender los negocios, en la que la cooperación entre empresas, la educación de la comunidad y la unión de esfuerzos entre todos genera un cambio positivo, verdadero, medible y escalable".
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